Desde que ya no estás, la luna no se asoma a mi ventana, el sol nunca llega a mañana y la oscuridad permanece aferrada.
Desde que ya no estás, las noches ya no son noches, me perturba el ruido de los coches y en la cama solo hay baches.
Desde que ya no estás, no he vuelto a madrugar, no he vuelto a jugar, ni ha sudar...Y mucho menos despierto soñar.
Desde que ya no estás, sólo tengo pesadillas, me caigo por las orillas, ya no tengo las mesillas pues me clavo siempre astillas.
Desde que ya no estás, me da igual lo demás, me dan igual los demás, todo está de más pero tú sin quererlo siempre estás de menos.
Concédeme una última noche, bríndame la oportunidad de dormir de nuevo con tu aroma, de agarrar tus caderas, de abrazar tu pecho y sentir que hemos llenado el estrecho.